EDIPO
REY- SÓFOCLES.

Es
inevitable tratar de cambiar el destino, ya que, como es producto de las
decisiones delos dioses y estos juegan un papel muy importante en la cultura
griega antigua, es una fuerza mayor contra la cual no se puede pelear. En la
obra, tanto Layo como Edipo tratan de desafiar la fuerza del destino y de
los dioses, intentando escapar de los infortunios que las profecías dicen que
pasaran. En ambos casos, la actitud de soberbia se ve muy presente: ellos creen
que pueden superar un designio divino y que son más fuertes que su propio
destino y que los dioses que lo predijeron. Esto podría ser tomado como un
círculo vicioso para la estructura de la tragedia, ya que al cometer un pecado
de híbris (o también llamado pecado de soberbia) se debe de pagar con la muerte
o la sublimación y es aquí donde el destino vuelve a jugar su papel. El pecado
de híbris que comete Edipo es muy fácil de identificar: asesinó a su padre y
desposó a su madre, pero su soberbia no termina ahí. Se cree superior a todos
en la ciudad y hasta cree que Creonte lo envidia y quiere quitarle su trono. En
nuestra opinión, que Edipo actúe de tal manera y que no quiera ver su error
desde el principio hace que el castigo por el pecado de híbris vaya aumentando
ya que conforme avanza la historia, maldice cada vez más al asesino de Layo sin
saber que en verdad es el. Ni siquiera Yocasta, después de tener tantas
pruebas, acepta que el destino en verdad actúo y se cumplió, sino que cree que
el haber mandado a matar a su hijo en verdad fue más fuerte que el poder de los
dioses y los designios de ellos. El destino es el que causa todo esto. Sin este
elemento la historia se resolvería fácilmente así que se necesita una trama un tanto
misteriosa y enredada para que la estructura de la tragedia se cumpla y pueda
haber una anagnórisis y un castigo, ya sea la muerte o la sublimación. Es el
destino quien obliga a los padres de Edipo a enviar a alguien a matar a su
propio hijo; es el destino quien hace que la persona enviada no mate al niño y
lo de en adopción; es el destino quien hace que Edipo huya de su casa para no
cumplir la profecía que le fue dicha; es el destino quien hace que Edipo se cruce
con Layo en el camino; y, por último, es el destino quien hace que Edipo venza
a la esfinge y se case con la reina de Tebas (o sea, su madre).Los designios no
solo fueron predichos por los dioses, sino que un vidente, Tiresias, vino a
comunicarle a Edipo sus verdaderos orígenes pero este no hizo caso.

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